Cartuja de Scala Dei del Priorat
Una de las joyas del Priorat es la hermosa Cartuja de Scala Dei. Fundada por la orden cartuja de Francia en el siglo XII, da nombre a esta comarca situada en el sur de Cataluña. Eran las tierras del prior de Scala Dei, de ahí el nombre del Priorato, perteneciente al prior de Scala Dei.
Si quieres saber más sobre la comarca del Priorat ⇒ Lee «Comarca del Priorat – ¿QUÉ VER Y QUÉ HACER?»
Los orígenes de la Cartuja de Scala Dei
El monasterio de Scala Dei se encuentra en el sur de Cataluña, una zona reconquistada por los cristianos en el siglo XII. Por ese entonces, era común enviar un miembro de la Familia del Rey o una orden cristiana, para tomar así el control de los nuevos territorios. De esto se trataba el feudalismo, al fin y al cabo.
Refiriéndonos ahora a la zona que hoy se llama el Priorat, esta era y sigue siendo, un lugar de difícil acceso. Por lo que tenía poco interés para la casa real y la nobleza.
No obstante, la tranquilidad y la belleza del entorno, despertó el interés de los monjes cartujos, provenientes de Francia. Quienes vieron, en las faldas del Montsant, el lugar ideal para el retiro espiritual, tanto anhelado por ellos.
El nombre de Scala Dei
La leyenda cuenta, que cuando los monjes cartujanos llegaron a los pies del Montsant, encontraron un pastor que vigilaba su rebaño. Este les dijo, no muy lejos de allí, había visto una escalera que bajaba directamente del cielo. Y que arriba, unos ángeles la custodiaban.
Así fue cómo los monjes encontraron este lugar. Donde tener su monasterio y dedicar así su vida a las lecturas sagradas y al diálogo con Dios. Llamado desde entonces Scala Dei, la escalera de Dios.
La vida en una cartuja
La orden de los cartujos fue fundada en Francia en el siglo XI y es una de las más austeras en la práctica. Los monjes pasan el día en la más absoluta soledad, dentro de sus celdas. Donde dedicaban la mayor parte de su tiempo a la contemplación, la meditación y el estudio de los libros sagrados.
Como puedes ver, la vida de un monje era de todo, menos glamorosa. Pues tenían prohibido el contacto con cualquier persona ajena al monasterio. Y entre ellos, no se les permitía hablar. Tan solo una vez a la semana podían socializar durante los paseos del lunes.
En cuanto a la comida, comían dos veces al día, en la soledad de su celda. Y en las fechas señaladas, como los domingos y los festivos, se hacían comidas en el comedor del monasterio. En las que solo podían hablar si era estrictamente necesario. En todas las comidas, tenían prohibido el consumo de carne y los viernes, la dieta se limitaba a comer pan y agua.
Primeros viñedos del Priorat
El cultivo de la vid fue introducido por la orden religiosa de los cartujos en el siglo XII. La variedad de la Garnacha fue la que mejor se adaptó a las condiciones cambiantes del clima y a los suelos pobres en nutrientes.
En ese entonces, hasta el siglo XVIII, los monjes cartujanos tenían el control de la producción del vino en la comarca del Priorat. Llegando a su momento de máxima esplendor en el siglo XVI, momento en el que remodelaron gran parte del monasterio. Siendo hoy un monasterio de estilo renacentista en su mayoría.
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